Se cuenta la historia de una isla en
Alguna Parte, donde los habitantes anhelaban intensamente ir a otro lugar y
fundar un mundo más sano y digno. El problema, sin embargo, era que el arte y
la ciencia de nadar y navegar nunca habían sido desarrollados (o quizás habían
sido perdidos hacia mucho). Por esto había habitantes que simplemente se
negaban siquiera a pensar en las alternativas a la vida de la isla, mientras
otros hacían algunos intentos de buscar soluciones a sus problemas, sin preocuparse
de recuperar para la isla el conocimiento de cruzar las aguas. De vez en
cuando, algunos isleños reinventaban el arte de nadar y navegar. También de vez
en cuando, llegaba a ellos algún estudiante, y se producía un diálogo como el
que sigue:
-
Quiero
aprender a nadar.
-
¿Que
arreglos quieres hacer para conseguirlo?
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Ninguno.
Sólo deseo llevar conmigo mi tonelada de repollo.
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¿Qué
repollo?
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La
comida que necesitaré al otro lado o donde quiera que esté.
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Pero
si hay otras comidas al otro lado.
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No sé
qué quieres decir. No estoy seguro. Tengo que llevar mi repollo.
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Pero
así no podrás nadar, para empezar, con una tonelada de repollo.
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Entonces
no puedo aprender. Tú lo llamas una carga. Yo lo llamo mi nutrición esencial.
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¿Supongamos,
como una alegoría, que no decimos repollos sino ideas adquiridas, o
presuposiciones o certidumbres?
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Mmmm…
Voy a llevar mis repollos donde alguien que entienda mis necesidades.
Delicia de pequeno conto, Ângela!
ResponderExcluirAnna, também acho ótima essa página do Maturana.
ResponderExcluirObrigada por ter passado por aqui!